Hace tiempo que desde el ámbito de la seguridad informática se dejó claro que acceder a la webcam o al micrófono de nuestros portátiles o de nuestros dispositivos móviles era relativamente sencillo. Los troyanos especializados para este tipo de propósitos, conocidos comúnmente como creepware, son cada vez más populares, y hay un método sencillo de evitar el problema: tapar la webcam de nuestros equipos.
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