El número de dispositivos conectados a Internet que está en manos del consumidor se ha disparado. Cada vez son más los productos, objetos y cosas que están conectados a la red gracias a pequeños sensores que se encargan de permitir esa conexión y de enviar y recibir datos. No hablamos solo de teléfonos móviles, sino de cualquier tipo de objeto. Es lo que se conoce como el Internet de las Cosas o IoT (Internet of Things).
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