Dicen que a la vuelta de las vacaciones se corre el riesgo de sufrir el temido síndrome posvacacional. Vamos, el bajón de toda la vida por no poder seguir disfrutando de aquellos maravillosos días que acabas de dejar atrás. Puede que no sea tu caso, pero tal vez lo sea cuando enciendas el ordenador y te encuentres con una bandeja de entrada repleta de mensajes sin leer y, peor aún, pendientes de resolver.
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