
Ayer se presentó en un evento propio en el Mobile World Congress 2014 la quinta generación del flagship anual de Samsung. Lo pudimos probar y éstas son nuestras primeras impresiones, ya en frío. Samsung ha sido continuista en términos de diseño y construcción del terminal. Aunque no han sustituido el plástico por un aluminio bonito, como muchos usuarios pedían, la calidad de los acabados ha mejorado. Cuando la tocamos, parece la parte posterior del Note 3, pero realmente tiene unos acabados diferentes con microperforaciones. Algunos ironizan con las similitudes con una tirita, pero hay que reconocer que el Samsung Galaxuy S5 es el Galaxy S con mejor construcción y diseño, aunque el salto sea pequeño.
En la parte frontal encontramos una gran pantalla de 5,1 pulgadas, cuando el Galaxy S4 la tenía de 4,99. El cambio es pequeño, pero la compañía coreana ha reducido los márgenes de la pantalla y, por ello, las dimensiones de los dos terminales son casi idénticas. Esto es uno de los puntos positivos de la pantalla, pero hay más, como los colores o los ángulos de visión. La resolución se ha mantenido en los 1920 x 1080 de la generación anterior y, después de probarla durante un rato, no hacen falta más píxeles.
Internamente equipa un procesador de cuatro núcleos a más frecuencia que el S4, pero no podemos comparar el rendimiento y la fluidez de los dos, porque Samsung ha cambiado totalmente la capa TouchWiz con un aspecto renovado y más fresco . No hemos podido notar ninguna señal de lag o lentitud, pero es que con el procesador que lleva y las 2 GB de memoria RAM sería de juzgado de guardia. Hablando del software, el nuevo diseño de TouchWiz es todo un acierto, empezando por los iconos y terminando por el menú de Settings, que adopta un estilo mucho más cercano y fácil de usar.
El Galaxy S5 tiene dos funcionalidades extras que nos han gustado bastante, pero que tendremos que probar más a fondo cuando tengamos la oportunidad. Por un lado, el flash trasero con sensor para saber el ritmo cardíaco, que tarda bastante para que te detecte bien pero que parece bastante preciso, y el sensor de huellas dactilares situado en el botón de «home «. Externamente, es imposible saber que el sensor está allí, pero si lo tenemos configurado con nuestra huella, cuando queramos desbloquear el dispositivo nos saldrán unos puntitos que indican que debemos pasar el dedo de arriba a abajo. Para configurarlo sólo hay que pasar el dedo 10 veces por el botón de inicio. Parece poco preciso pero fácil de configurar y hacer funcionar, al menos en la demostración que vimos ayer en el evento .
Como conclusión final, mis primeras impresiones del Samsung Galaxy S5 no podrían ser mucho mejores. Los coreanos podrían haber innovado en diseño con unos acabados más premium, pero la innovación, por primera vez en la línea Galaxy S, la han destinado a apartados que interesan realmente a la gente. ¿Quién quiere cambiar de foto pasando la mano por encima? Pero, en cambio , ¿quién quiere desbloquear el móvil de una forma más segura ? Tengo la sensación de que el Galaxy S5 marca un punto de inflexión en Samsung: ahora sí han escuchado a los usuarios y a los medios.
Artículo publicado en Paelladebits.cat
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