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Electrodomésticos de bajo consumo: ¿de verdad ayudan a ahorrar?

28/02/2025

Hace tiempo que los precios de la luz están por las nubes y todos tenemos una mayor conciencia medioambiental: la sostenibilidad es una prioridad. En este escenario, muchos consumidores se preguntan si los electrodomésticos de bajo consumo realmente suponen un ahorro o si, por el contrario, suponen un gasto extra sin beneficios demasiado claros.

Aunque suelen tener un precio inicial más alto, la promesa de reducir el gasto energético y hacer un uso más eficiente de la electricidad en casa puede hacer que la inversión valga la pena. Pero, ¿hasta qué punto es cierto?

¿Qué son los electrodomésticos eficientes?

Los electrodomésticos de bajo consumo están diseñados para reducir el uso de electricidad y, en el caso de lavadoras y lavavajillas, también de agua. Y todo ello, sin sacrificar rendimiento. Estos equipos incorporan tecnologías como motores más eficientes, sensores de carga y mejores sistemas de aislamiento, lo que les permite consumir menos recursos para hacer el mismo trabajo.

En Europa, la etiqueta energética clasifica los electrodomésticos de la A a la G, siendo A la opción más eficiente. Cuanto más cerca esté un modelo de la A, menor será su consumo eléctrico en comparación con otros de su categoría.

¿Ayudan a ahorrar en la factura de la luz?

Uno de los principales argumentos para comprar electrodomésticos eficientes es el ahorro energético. Según la Unión Europea, las regulaciones en ecodiseño y eficiencia energética han permitido a los hogares europeos reducir su gasto anual en electricidad en hasta 290 euros en 2022, y se espera que el ahorro aumente a 475 euros en 2030, gracias a normativas más estrictas y la adopción generalizada de modelos más eficientes.

Por supuesto, el impacto real dependerá de qué electrodomésticos usas con más frecuencia.

  • Frigoríficos y congeladores: al estar encendidos las 24 horas, elegir un modelo eficiente puede reducir su consumo hasta en un 60% respecto a versiones más antiguas.
  • Lavadoras y lavavajillas: los modelos con sensores de carga pueden reducir el uso de agua y electricidad, lo que genera un ahorro importante si se utilizan con frecuencia.
  • Bombillas LED: aunque no sean un electrodoméstico como tal, representan una de las formas más accesibles y efectivas de reducir el gasto energético. Consumen hasta un 85% menos que las bombillas incandescentes.

¿Merecen la pena si son más caros?

El precio inicial es el mayor obstáculo para muchos consumidores. Sin embargo, hay que considerar el coste total de propiedad. En otras palabras, se debe valorar no solo el precio de compra, sino también el consumo de energía y el tiempo que el electrodoméstico se mantendrá en buen estado.

Por ejemplo, un frigorífico eficiente puede costar 100-150 euros más que un modelo estándar, pero si ahorra 50 euros al año en electricidad, en dos o tres años la inversión la tienes amortizada. Como la mayoría de estos electrodomésticos tienen una vida útil de más de 10 años, el ahorro acumulado puede superar los 500 euros.

¿Hay ayudas para la compra de electrodomésticos eficientes?

En España, algunas comunidades autónomas ofrecen subvenciones y planes de ayuda para fomentar la compra de electrodomésticos eficientes. Estos programas, conocidos como Planes Renove, permiten a los consumidores obtener descuentos en la adquisición de modelos con alta eficiencia energética, lo que ayuda a reducir el coste inicial.

Las condiciones y el importe de las ayudas varían según la comunidad, por lo que es recomendable consultar las convocatorias específicas en cada región.

Factores a tener en cuenta antes de comprar

Si estás pensando en renovar tus electrodomésticos, hay varios aspectos que pueden influir en si realmente notarás el ahorro:

  • Uso real del electrodoméstico en tu hogar: cuanto más lo uses, más rápido recuperarás la inversión. Si apenas utilizas el lavavajillas, puede que el ahorro no sea tan destacado.
  • Etiqueta energética: revisa bien la calificación y compárala con modelos similares. Un frigorífico con clasificación B puede consumir hasta un 30% más de energía que uno con clasificación A, lo que a largo plazo supone un mayor gasto.

¿Cómo influye el mantenimiento en la eficiencia?

Una vez has comprado un electrodoméstico energéticamente eficiente, debes hacer todo lo que esté en tu mano para que conserve esa eficiencia a lo largo del tiempo. Un aparato eficiente que no recibe el cuidado adecuado puede consumir más energía de lo previsto.

Para optimizar el rendimiento del equipo a largo plazo, conviene seguir algunas prácticas básicas, como limpiar los filtros del aire acondicionado, evitar la acumulación de cal en la lavadora o revisar las juntas del frigorífico.

Un consejo: en los frigoríficos, las juntas de las puertas aseguran que el frío no se escape. Si están en mal estado o desgastadas, el electrodoméstico necesita más energía para mantener la temperatura. Y así es como sube tu factura de la luz. Para comprobar si las juntas están bien, basta con cerrar la puerta atrapando un papel entre la junta y el marco. Si el papel cae fácilmente, es hora de reemplazar la junta.

Electrodomésticos en la tienda online de BEEP

¿Vale la pena la inversión en un electrodoméstico de bajo consumo?

Los electrodomésticos eficientes pueden suponer un desembolso mayor al principio, pero el ahorro energético y su mayor durabilidad suelen compensarlo con creces. Si usas ciertos electrodomésticos con frecuencia y eliges modelos con buenas clasificaciones energéticas, notarás una reducción real en tu factura eléctrica a lo largo del tiempo.

Si además tienes en cuenta factores como subvenciones disponibles o tarifas eléctricas por horas, puedes maximizar aún más el ahorro y hacer que la inversión sea aún más rentable.

¿La clave? No comprar por comprar, sino elegir con toda la información a mano y pensando en el uso que realmente le darás al electrodoméstico.