Las polémicas causadas por la introducción del doble check azul de WhatsApp, el icono que permite comprobar que un mensaje enviado a través de la célebre aplicación haya sido leído por su destinatario, podrían ser solo las primeras de una larga serie. Los millones de comunicaciones que en todo momento viajan de un terminal a otro tienen problemas de vulnerabilidad mucho más profundos que las nuevas notificaciones: según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Princeton en colaboración con el portal estadounidense ProPublica y Electronic Frontier Foundation (EFF), una organización sin ánimo de lucro especializada en tutelas de los derechos y libertad de palabra, las aplicaciones más utilizadas para enviar mensajes esconden varios fallos que ponen en duda sus estándares de privacidad y su seguridad ante ataques externos.
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