
“Tuenti para subir fotos y Twitter para mis pensamientos”, cuenta Ainhoa López. “Antes me comunicaba con mis amigos por Facebook, pero se ha vuelto complicado”.
Estudiante de 1º de Bachillerato en un colegio madrileño opina lo mismo que Omar Mamalbashi, de 14 años, alumno del Alameda de Osuna. Ambos tienen perfil en Facebook, pero apenas lo usan. Su compañero Javier Mora, de 12, se lo creó para estar en contacto con la familia, pero no demuestra interés por actualizarlo. Los tres están de acuerdo en que el móvil es su posesión más preciada y su puerta de entrada a las redes.
Sigue leyendo en El País