
¿Qué vas a ver aquí?
A simple vista, tener pantalla táctil en el portátil parece una buena idea. Es cómodo e incluso puede ser divertido. Pero en la práctica, ¿merece la pena pagar más por esta función? ¿Aporta valor real o acaba siendo un extra que no usas?
En este post te ayudamos a decidir qué tipo de portátil encaja mejor contigo, repasando pros y contras sin tecnicismos y con ejemplos de uso real.
Lo bueno de tener un ordenador con pantalla táctil
Una pantalla táctil hace que usar el ordenador se parezca más a manejar una tablet. Puedes tocar, deslizar, ampliar o girar con los dedos. Y si el modelo es convertible, también puedes usarlo como lector de libros o como libreta digital para tomar notas a mano.
La ventaja de la pantalla táctil en tu ordenador está clara cuando hablamos de creatividad. Si trabajas con diseño gráfico, ilustración o edición fotográfica, poder dibujar directamente en la pantalla con un lápiz digital cambia la experiencia por completo. No es solo comodidad: es precisión y control.
También es útil si haces presentaciones en público. Poder señalar, ampliar o moverte por el contenido con los dedos te da más agilidad y control. Y si sueles tomar notas a mano en reuniones o clases, la pantalla táctil combinada con apps como OneNote puede ser una herramienta muy práctica.
Y por qué no decirlo: a muchos les gusta usar el portátil como si fuera un móvil. Y eso, para ellos, es un plus. Navegar tocando, leer desde el sofá o cambiar de pestaña con un toque es más directo que mover el cursor.
Pero no todo son ventajas
Aunque tener una pantalla táctil suena bien, también tiene letra pequeña.
Lo primero que notarás es el precio. Estos modelos de ordenadores casi siempre son más caros que los equivalentes sin pantalla táctil. Y esa diferencia, aunque no sea enorme, podrías invertirla en algo más útil para el rendimiento: un procesador mejor, más memoria RAM o una gráfica más potente.
La batería es otro factor a tener en cuenta. La capa táctil está siempre activa, incluso cuando no la usas. Eso significa más consumo y menos autonomía. Si usas el portátil para estudiar, trabajar fuera de casa o viajar, esta diferencia puede jugar en tu contra.
También está el tema del mantenimiento. Por muy limpios que tengas los dedos, la pantalla se mancha. Y con luz directa o fondos oscuros, las huellas se notan mucho más que en un móvil. Además, son más propensas a rayarse o romperse. Una pantalla táctil agrietada no solo es incómoda: repararla puede salir caro.
Por último, ten en cuenta el peso. Esa capa extra en la pantalla añade gramos y grosor. Puede parecer un detalle menor, pero si llevas el portátil encima cada día, lo acabarás notando al meterlo cada día en la mochila.
¿Y si elijo un portátil o PC sin pantalla táctil?
Los portátiles sin pantalla táctil apuestan por la funcionalidad más pura. Son más ligeros, más baratos y más fáciles de mantener. Idóneos si usas el ordenador para escribir, programar, trabajar en hojas de cálculo o navegar por internet.
En este tipo de uso, la pantalla táctil no aporta nada especial. Todo lo haces mejor —y más rápido— con teclado y ratón o trackpad.
Además, al no tener componentes táctiles activos, consumen menos energía. Eso se traduce en una batería que dura más, algo que se agradece si pasas muchas horas lejos del enchufe.
Y en cuanto a resistencia, no hay color: las pantallas normales se ensucian menos, son menos delicadas y no necesitas limpiarlas a diario.
¿Qué es lo que realmente necesitas?
No hay una respuesta única. Depende del uso que le des a tu portátil y de qué aspectos valores más en tu día a día.
Pantalla táctil: ¿para quién sí?
- Creativos del sector audiovisual: diseñadores, ilustradores, fotógrafos.
- Profesionales que hacen muchas presentaciones.
- Estudiantes que toman apuntes a mano o usan apps de notas.
- Personas que quieren un 2 en 1: portátil + tablet en un solo dispositivo.
Sin pantalla táctil: ¿para quién no?
- Usuarios que priorizan batería, ligereza y simplicidad.
- Quienes trabajan sobre todo con documentos, hojas de cálculo o código de programación.
- Estudiantes o profesionales que solo buscan rendimiento a buen precio.
- Personas que no necesitan gestos táctiles y prefieren mantener la pantalla limpia.
Cuidado con la decisión por impulso
Es fácil dejarse llevar por el efecto wow de una pantalla táctil en exposición. La interactividad seduce mucho. Vale la pena meditar bien antes de comprar si realmente vas a usar esa función.
Muchas personas descubren con el tiempo que apenas tocan la pantalla. Ni siquiera para navegar o escribir. Y en esos casos, lo táctil se convierte en un extra caro que aporta poco.
Es como comprarte un coche con techo panorámico si solo conduces de noche: puede ser bonito, pero no te cambia la vida.
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¿Pantalla táctil? ¿Cómo usas el ordenador?
No se trata de qué opción es mejor en general, sino de cuál encaja contigo. Si sueles dibujar, presentar, tomar notas a mano o simplemente te gusta tocar la pantalla como en una tablet, el táctil tiene mucho sentido.
Pero si lo tuyo es trabajar con documentos, escribir, programar o simplemente quieres un equipo fiable y con buena batería, el modelo tradicional te irá mejor.