Todo el mundo parece jugar solo en el móvil o, como mucho, en las consolas. La era post-PC, sea una ilusión o no, parece haber desbancado al ordenador de sobremesa de toda la vida como acompañante de nuestras sesiones de ocio con los videojuegos. Pues no. Si os habéis creído esa hipótesis, estáis engañados.
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