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Errores a evitar al comprar un ratón

Elegir ratón de gaming

El ratón es un periférico al que, muchas veces, no prestamos la atención que se merece. Por este motivo, es más fácil cometer errores al elegirlo. En este artículo repasamos las principales cosas a tener en cuenta, ya utilices el ratón para gaming, para otros usos de ocio o para trabajo.

Enredarse con los trucos de marketing de los fabricantes de ratones

Hay que tener cuidado con las tácticas de marketing que las marcas de ratones despliegan para vender su producto. En los últimos años, los fabricantes han dado mucho bombo a algunos atributos que, a la hora de la verdad, no son tan importantes. Asimismo, algunas características son relevantes pero, a partir de cierto nivel, la mejora en la experiencia de uso se nota muy poco.

Ahora bien, para algunos usuarios, como los gamers más exigentes y con más presupuesto disponible, nunca nada es suficiente para conseguir el mejor rendimiento en el juego

Tres de las características que se han sobrevalorado con fines de marketing son:

El error de elegir un ratón con un DPI muy alto

La sensibilidad del ratón es determinante. Es bueno que un leve movimiento del periférico se traduzca en un movimiento rápido y de largo alcance en la pantalla.

Tengamos en cuenta que el rango más común de DPI en un ratón es de 400-800. Así que un DPI de 3.000 ya te ofrece un rendimiento impresionante. Por tanto, no hace falta gastarse más dinero de la cuenta en un ratón de 20.000 DPI. La diferencia en la experiencia de uso del ratón es muy pequeña cuando se pasa de 3.000 a 20.000.

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Comprar un ratón con frecuencia de sondeo de 8k Hz

La tasa o frecuencia de sondeo, polling rate en inglés, nos dice el número de veces por segundo que el ratón informa de su posición al PC. Se mide en Hz. Una frecuencia de sondeo de 1.000 Hz —que está superbien— significa que el ratón le dice al ordenador su posición 1.000 veces por segundo. En otras palabras, una vez por milisegundo. Hay fabricantes que ofrecen polling rates de 8k, es decir, de 8.000 Hz. Pero la mejora tampoco la notas tanto.

El error de dar demasiada importancia al peso del ratón

Los gamers, sobre todo, tienen cierta obsesión con el peso del periférico. Y las marcas se aprovechan. Es verdad que el peso es una característica a considerar, pero lo cierto es que por debajo de 100-80 gramos, tampoco aprecias mucho la diferencia. Un ratón ligero pesa menos de 80 gramos, y un ratón ultraligero, menos de 70 gramos.

No prestar atención al DPI

Hemos dicho que un DPI muy alto igual no hace falta, pero eso no quiere decir que esta característica no sea decisiva.

El DPI (Dots per inch) es una medida de la sensibilidad del ratón al moverse. Determina la distancia que recorre el cursor por cada pulgada de desplazamiento del ratón. 400 de DPI significa que 1 pulgada de movimiento de ratón mueve el cursor 400 píxeles (los gamers hablan de pixels per inch).

Cuanto más bajo sea el DPI, más poca sensibilidad tiene el ratón

El error de no fijarse en el tipo de agarre

Cada persona tiene una forma de envolver el ratón con su mano. A partir de ese tipo de uso, en la tienda de informática te van a asesorar sobre el tipo de ratón que mejor te irá.

Tres tipos de agarre del ratón
Los tres tipos de agarre, según una ilustración de la marca Razer.

Hay tres tipos de agarre:

  • Palma (palm grip). Casi toda la palma se apoya en la superficie del ratón. Es el agarre más común.
  • Dedos (finger grip). La palma no toca toda la superficie. En cambio, son las puntas de los dedos las partes de la mano en contacto con el periférico. El desplazamiento del ratón se hace gracias a la sujeción de los dedos pulgar, por un lado, y anular y meñique por el otro. Con este agarre con los dedos, se gana en precisión de los movimientos. Es útil para hacer clicks más rápidos.
  • Garra (claw grip). Este agarre combina los dos anteriores. Se apoya parte de la palma y parte de los dedos.
    La mano se apoya mejor en el ratón, con lo que ganas en comodidad. Y, por otro lado, los dedos se pueden mover mejor para pulsar.

Ignorar la forma, estructura y dimensión del ratón

La ergonomía es fundamental. Hay ratones de todas las formas, tamaños, pesos y diseños. Algunos ratones de gaming llevan botones para facilitar el juego, una funcionalidad que es útil para algunos jugadores y un incordio para otros.

El tamaño de la mano del usuario tiene su importancia. Una mano grande necesita un ratón grande para acomodar bien todos los dedos

No mirar la autonomía del periférico

Si compras un ratón inalámbrico, hay que mirar siempre la autonomía que tiene. Los que van a pilas tienen mucha mayor autonomía, pero pesan más. Los periféricos con batería tienen menos autonomía.

En el caso de los ratones con batería, hay que fijarse en el sistema de carga: ¿dock, alfombrilla, cable USB…?

El error de pensar que un ratón inalámbrico falla más

El ratón puede llevar cable, o puede ser inalámbrico. Sea como sea, el rendimiento va a ser muy similar, siempre y cuando el uso inalámbrico se haga con una señal de 2,4 GHz. Hace ya tiempo que los ratones wireless ofrecen las latencias bajas que los gamers piden. La latencia es el tiempo que tarda el monitor a reaccionar al movimiento o clic del ratón.

La ventaja del cable, claro, es que nunca vas a tener que estar pendiente de la carga de la batería.

Obviar la tecnología inalámbrica

¿Cómo se conecta el ratón inalámbrico con el receptor USB que va en el ordenador? El Bluetooth gasta menos energía. Sin embargo, la tecnología a 2,4 GHz da más velocidad y fiabilidad. Puedes encontrar ratones que permiten pasar de una tecnología inalámbrica a otra. Así, puedes usar el Bluetooth para navegar y para trabajar. Y puedes pasarte a los 2,4 GHz para darlo todo con tus juegos favoritos.

Equivocarse con el tipo de sensor

Hay sensor láser y sensor óptico. El láser se adapta muy bien a todo tipo de superficies y mesas. Incluso lo puedes utilizar encima del regazo, sobre tu pantalón. El sensor óptico, en cambio, necesita una alfombrilla.

El sensor óptico suele garantizar un mejor rendimiento.