Ahora estamos tan acostumbrados a ella que no es raro tener unas cuantas esparcidas por algún cajón de nuestro escritorio, pero hubo un día en el que las memorias USB revolucionaron la manera en la que transportábamos los datos, convirtiéndose en una de las tecnologías clave para acabar con el reinado de los disquetes.
Sigue leyendo en Xataka.com