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El monitor interactivo se está convirtiendo en un tipo de pantalla imprescindible en muchos colegios. Te explicamos todas las claves y ventajas que debes conocer de este innovador monitor, que contribuye a una formación más interactiva, amena y amigable. Las tiendas BEEP son proveedoras tanto de hardware como de soluciones y servicios para el sector educativo.
BEEP Edu
Los alumnos de ahora son nativos digitales. Han nacido con acceso a una red WiFi, y rodeados de equipos informáticos y de dispositivos tecnológicos. Por todo ello, hoy la educación ya no se entiende sin las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Una enseñanza apoyada en los productos y soluciones adecuados contribuye a un mejor aprendizaje. Las clases son más divertidas e interactivas. Y, sobre todo, son más efectivas.
Los técnicos y consultores expertos de BEEP te ayudarán a adaptar la tecnología disponible a lo que tu centro educativo necesita.
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De la Pizarra Digital Interactiva (PDI) al monitor interactivo
En los últimos años, las Pizarras Digitales Interactivas (PDI) han contribuido a un modelo de enseñanza más eficaz. Se trata de un modelo interactivo y muy basado en la fuerza de la imagen, por lo que es mucho más lúdico y ameno que el sistema tradicional de pizarra, tiza y libros de texto.
Las pizarras PDI siguen teniendo mucha aceptación de colegios, institutos y universidades. Pero últimamente están tomando mucha fuerza los monitores interactivos.
¿Qué es un monitor interactivo?
Las pizarras digitales, las PDI, necesitan para su funcionamiento la pizarra física en sí, un proyector, y un ordenador desde el que gestionar los contenidos proyectados en la pantalla.
«El monitor interactivo, en cambio, integra proyector y pizarra en el mismo equipo», dice Albert Loran, responsable del mercado educativo en BEEP. «Este monitor dispone de una capa de interactividad delante. Se trata de un cristal transparente que hace que el monitor sea interactivo».
Estos equipos disponen de sistema operativo propio –no es necesario el uso de un ordenador, como sí pasa con las pizarras PDI–, que suele ser Android.
Puedes utilizar los monitores interactivos como si fuesen un smartphone. Ahora bien, también los puedes conectar a un ordenador
¿Por qué comprar un monitor interactivo?
Aulas con más luz
El monitor interactivo no necesita proyector, por lo que las aulas pueden aprovechar toda la luz natural que llega a través de los grandes ventanales tan característicos de los centros educativos. Las pizarras PDI sí que exigen el empleo de un proyector, por lo que hay que atenuar la luz para que los estudiantes puedan ver bien la pantalla.
«Con un proyector, el negro es la ausencia de luz», reseña Albert Loran. En definitiva, con las PDI necesitas que la clase esté en penumbra, lo que sin duda perjudica la calidad del proceso educativo.
Vida útil más larga
La vida útil de la bombilla de un proyector es de entre 6.000 y 10.000 horas. En cambio, la vida útil de un monitor interactivo es de más de 30.000 horas, tres veces más.
La mayor duración de los monitores interactivos llega a compensar el hecho de que estos equipos sean, a día de hoy, algo más caros que las pizarras PDI.
Escuelas, institutos y universidades entienden enseguida las ventajas de los monitores interactivos
¿Qué dimensión tienen estas pantallas?
Así como las pizarras digitales alcanzan las 82 pulgadas, los monitores interactivos solo llegan hasta las 65 pulgadas. Es un factor a tener en cuenta por el centro educativo, pero esa menor dimensión de pantalla no tiene por qué ser ningún problema.
«Los monitores interactivos, algo más pequeños, se suelen emplazar en las paredes más largas. Si las aulas normalmente tienen forma rectangular, cuando sitúas la pantalla en alguno de los dos lados más largos, puedes emplazar los pupitres encarando a la pantalla, de forma que ninguno de los alumnos esté muy lejos de la pared. Con las pizarras PDI, mucho más grandes, es más fácil mantener la distribución más tradicional de los pupitres, con la pantalla en uno de los dos extremos del aula».