Cuando nos venden un teléfono táctil pensamos que se puede manejar tocando su pantalla con el dedo. Ahora, el concepto de dispositivo sensible al tacto se extiende más allá, a toda la piel del cuerpo. Un grupo de investigadores del Instituto Max Planck y la Universidad de Sarre (Alemania) han desarrollado un sensor, denominado iSkin, que usa la piel como superficie para controlar los gadgets móviles. Se puede colocar en diferentes lugares del cuerpo, tienen la apariencia de una calcomanía y, además, pueden personalizarse.
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